Sergio Gorzy, Presidente del Comité Central Israelita: “Para Uruguay lo que pasó es una vergüenza y habrá que trabajar para recomponer la imagen”.

17/Mar/2016

Semanario Hebreo, Ana Jerozolimski

Sergio Gorzy, Presidente del Comité Central Israelita: “Para Uruguay lo que pasó es una vergüenza y habrá que trabajar para recomponer la imagen”.

(Ana Jerozolimski)
Sergio, estamos viviendo momentos muy difíciles. La colectividad judía uruguaya está de duelo por el asesinato de David Fremd (z”l), y está acompañada por muchos compatriotas que lo conocían personalmente y por otros que simplemente condenan la violencia, tanto la antisemita como la de otra índole. Como Presidente del Comité Central Israelita ¿cómo estás viviendo estos días?
Han sido días muy difíciles. Como uruguayo estoy sorprendido por lo que pasó. Creíamos que este tipo de atentados jamás llegarían al Uruguay. Como judío lamentablemente debo confesar que siempre supimos que algo así podía pasar. Además del dolor natural por el hecho, en lo personal me tocó estar al frente del Comité Central Israelita con todas las responsabilidades que esto implica, tanto en lo institucional como en el hecho de que fui el vocero oficial en todo momento. Eso lleva tiempo, desgaste y tensión.
Comentaste en alguna otra entrevista que hay gente que reconociéndote por la calle, se te acerca a expresar sus condolencias, sabiendo que eso significa transmitirlas a la colectividad judía toda ¿verdad?
Tanto en Montevideo como en Paysandú donde estuve dos veces, fue así. En Paysandú fue más marcado por obvias razones de cercanía con el hecho. Fue emocionante ver gente anónima que se me acercaba con lágrimas en los ojos y me pedía perdón en nombre de Paysandú. Cuando les decía que no habían sido ellos ni Paysandú, me discutían y no aceptaban quitarse la responsabilidad. Creo que eso es lo que sentimos la mayoría de los uruguayos. Algo se quebró. Ingresamos en un estado de situación con respecto al fanatismo religioso que es nuevo y en un país mayoritariamente laico y pacífico no se entiende de ninguna manera.
– Este tema de gente pidiéndote disculpas es muy fuerte. Eso es más difícil de responder. ¿Te parece que más allá de la responsabilidad del asesino, hay una responsabilidad de la sociedad por no ser suficientemente categórica contra expresiones de intolerancia? ¿O sería injusto?
En Uruguay por lo general hay que esperar a que haya uno o más accidentes para que se ponga un semáforo. En esto es igual. No todos entendían lo que veníamos diciendo hace tiempo. La estigmatización de los medios basado en la desinformación intencionada que llega de medios europeos al Uruguay, colabora para que algunos personajes crean que deben reaccionar en defensa de lo que les venden como algo cruel e injusto. Esta persona, el asesino, ya había tenido un incidente con el embajador de Israel en 2006 en Paysandú cuando le gritó que dejara de matar niños palestinos. Esa mentira repetida mil veces termina teniendo su espacio en los medios, que sin chequear y confiando en los medios españoles o europeos en general hacen más fácil la penetración de la idea de la maldad del judío y la necesidad de hacer algo. Ese algo se llevó la vida de David por el solo hecho de ser judío.
En un muy buen artículo que publicó días atrás el antropólogo Rafael Porzecanski, al analizar los diferentes elementos que llevaron al crimen, hizo referencia explícita también a los prejuicios anti judíos. Nosotros siempre insistimos-sé que vos lo hacés, lo has hecho también estos días, y yo también creo que es importante destacarlo- que Uruguay no es un país antisemita, pero que eso no significa que no haya antisemitas. Y estos días oímos lo de los juegos del asesino en un ciber, juegos en los que mataba judíos. Y nadie dijo nada. ¿Es porque somos demasiado políticamente correctos y hay más antisemitismo de lo que queremos reconocer?
Uruguay en sí está lejos de ser un país antisemita. Sería una falta de respeto a lo que vivieron nuestros abuelos en la Europa de la primera mitad del siglo 20, por no decir cientos de años para atrás. Pero hay antisemitas. Son minoría clara pero existen y como dice Eduardo Kohn, si hay antisemitas entonces hay antisemitismo. Lejos de constituirse en situaciones graves, es más de lo deseable en una sociedad que se cree tolerante y solidaria. Y lo que más preocupa es la evolución. El traslado del conflicto en Medio Oriente al Uruguay es un tema clave. Los uruguayos judíos defendemos los derechos de nuestro pueblo y nuestras familias que viven en situación de tensión permanente en Israel y nos vemos enfrentados a un grupo de uruguayos que se alinean automáticamente en contra sin tener idea de lo que pasa, sin ser árabes ni mucho menos musulmanes, pero que se unen con algunos neonazis y forman ese pequeño pero molesto conjunto de personas que pueden hacer alguna pintada o envenenar las redes sociales desde el anonimato. Son pocos pero suficientes para que tengamos que estar alertas. Y la prueba la acabamos de vivir.
RÁPIDA REACCIÓN DE LAS AUTORIDADES
¿Qué te pareció la reacción de las autoridades al asesinato? ¿Y la sociedad civil?
El asesino fue apresado de inmediato. Gracias a un héroe anónimo cuyo nombre ya sabemos, José Ramón Soca, que arriesgó su vida en un valiente arresto ciudadano. Pero su esfuerzo hubiera sido en vano de no mediar la pronta llegada de la policía de Paysandú. Luego la Justicia en 48 horas procesó con prisión y declaró imputable al asesino cuyo abogado quiso hacer pasar por loco. Le dieron de las máximas penas que se pueden dar en Uruguay. El ministerio del Interior, el servicio de inteligencia , autoridades del Poder Ejecutivo así como también legisladores y el Poder Judicial ,hicieron lo que había que hacer con una rapidez y precisión que no dejan lugar a dudas. Nada hay para reclamar.
AMOR A LA COLECTIVIDAD JUDÍA SANDUCERA
No puedo dejar de preguntarte cómo fue tu contacto con David, cómo era el David que conociste.
Mi relación era más cercana con su hermano Mario que durante mi mandato en el Comité fue un aliado clave por el trabajo espectacular que realiza, junto a otros integrantes de la colectividad de Paysandú. No es casual lo que pasó el sábado en la marcha. Fue generado por décadas de trabajo comunitario de integración con la sociedad que los rodea. Créeme que el fruto del trabajo se refleja en ese amor que se vio en la marcha y no en el asesinato.
Fuiste justamente a la marcha en Paysandú, la multitudinaria y estridente condena en silencio a la violencia y por la convivencia en paz. ¿Cómo la viviste?
Quisiera destacar ante todo que fue organizada por la sociedad sanducera. Esas 10 mil personas autoconvocadas, marchando en silencio con velas prendidas, con pancartas de paz y convivencia, con lágrimas en los ojos, es algo muy difícil de transmitir. Hay vídeos y fotos que hablan más que mil palabras. El final entonando espontáneamente el himno nacional con todos llorando no puede explicarse en una entrevista. Fue un privilegio estar. Cuando un canal me descubrió y quiso entrevistarme solo pude decirles que sentía que esto es Paysandú, el verdadero Paysandú. Eso se lo ganaron los Fremd, los judíos de Paysandú y toda la sociedad de Paysandú que todos sabemos es todo lo contrario al fanático que mató a David y nos hirió a todos.
Creo que otro aspecto a destacar, es la gran solidaridad que manifestó la colectividad, que se hizo presente de modo impresionante en Paysandú, acompañando a la familia Fremd… todos los rabinos, diversas instituciones, hasta comida preparada en la Kehila para llevar a la gente en la shivá, la semana de duelo. Me permito decir que es una característica muy judía… y creo que debe ser resaltada ¿no es así?
En momento tan dolorosos, no me sorprende la reacción de la colectividad. Pero el tema acá era que un uruguayo judío fue asesinado por ser judío. Y en las primeras horas todos dudamos si estábamos solos o no. Debo decir que Paysandú dio el ejemplo y entendió que no había muerto un judío. Había muerto un sanducero en manos de un fanático religioso. Y pronto esa sensación se desparramó en todo el país. La familia, la organizaciones judías, todos recibimos innumerables muestra de afecto, solidaridad y preocupación. Para Uruguay lo que pasó es una vergüenza y habrá que trabajar para recomponer la imagen.
EL DESAFÍO
¿Hay un antes y un después, en Uruguay, en la colectividad, a raíz del asesinato? ¿Ya nada será igual?
Hay un antes y después en la toma de conciencia global de lo que los judíos ya sabíamos. El fanatismo religioso nos ha herido. David murió a manos de un fanático islámico que no para de gritar e invocar a Alá. No fue muerto por un compatriota. Esa persona dejó de ser un ciudadano más para encomendarse a un dios al que su mente interpreta de la peor manera. Ya sabemos que en el mundo no hay 1 .300 millones de musulmanes terroristas. Pero lamentablemente el 99 por ciento de los terroristas de los últimos 20 años son musulmanes que desvían su religión hacia la violencia y la sinrazón.
¿Hay algo más que quisieras agregar?
Sí. Tres cosas. La primera es que no hay que olvidar a Rossana Migliónico, una profesora de literatura sanducera que con su emocionado discurso televisivo y su fuerza en redes sociales convocó a la marcha con un éxito sin precedentes. La segunda es que numerosas instituciones y personas enviaron mensajes y cabe agradecerles. La tercera es que ahora que los uruguayos despertamos, ha llegado el momento de comenzar a trabajar para blindar con educación y valores a nuestros jóvenes, para que el fanatismo irracional no pueda entrar tan fácil en sus mentes. Es un trabajo para todos y son muchos que están dispuestos a comenzar, y en algunos casos a profundizar en acciones que ya realizaban. Ni Paysandú en particular, ni Uruguay en general deben verse reflejados en este hecho lamentable. Pero hay que tener en cuenta que no es un loco suelto, es uno más de los miles que en el mundo son adiestrados por gente que envenena sus cabezas y sus corazones.
Comienza pues una nueva etapa, con mucho trabajo por hacer. Gracias Sergio, nuevamente, como siempre.